Si pensamos en batallas que cambiaron el rumbo de la historia, nos vendrán a la cabeza Waterloo, Termópilas, Normandía o Stalingrado. Un puñado de nombres entre los que es probable que no esté Teutoburgo. Y, sin embargo, fue una de las más decisivas de la Antigüedad.

Contexto

Julio César había conquistado la Galia y había establecido la frontera romana con Germania en el Rin y los Alpes. En el 44 antes de Cristo, César (el primero de los doce césares, para ser más preciso) es asesinado y designa como heredero al que más tarde sería conocido como Augusto. Este hecho provoca una guerra civil que acaba con la muerte de Marco Antonio y con Augusto en el poder. En medio de este ambiente de crisis política y de guerras intestinas, los germanos cruzaban casi impunemente el limes del Rin.

Cuando el poder en Roma vuelve a estabilizarse, Augusto comienza la pacificación de Germania. Druso y Tiberio llevan a cabo acciones punitivas al otro lado del Rin. A conscuencia de esto, se esteblece el limes en el río Elba y se crea la provincia de Germania Magna. Pero esta provincia no era más que algo meramente nominal. Pese a que algunas de las tribus germanas estaban sometidas, muchas de ellas seguían siendo tan belicosas como antes, pese a la presencia militar romana en la región.

Dadas estas circunstancias, se hacía necesario la un gobernador fuerte en la zona. Para el puesto, Augusto eligió a Publio Quintilio Varo, exgobernador de Siria. De él se decía que llegó pobre a una provincia rica y salió rico dejando una provincia pobre. También se hablaba de su dureza al reprimir el levantamiento judío que se produjo después de la muerte de Herodes el Grande. Veleyo Patérculo, decía de Varo que era una persona codiciosa, lento de mente y cuerpo, más dado a la molicie que a la disciplina del campamento y que pensaba que se podía someter a los germanos con la fuerza de la ley más que con la de la espada.

Germania Magna entre los años 7 y 9
Germania Magna entre los años 7 y 9

La batalla de Teutoburgo

En el año 9 d. C., Varo cruza el Rin con tres legiones (entre 20 000 y 25 000 soldados, contando los auxiliares, a los que habría que sumar esclavos, comerciantes, prostitutas…) y establece sus campamentos de verano en territorio querusco (en la zona del actual Hannover). Los germanos no estaban completamente sometidos y, si a esto le sumamos la avaricia de Varo (entendía imponer la ley como imponer tributos abusivos), tenemos ingredientes más que suficientes para que un pueblo guerrero decida sublevarse.

Arminio
Arminio

Esta rebelión germana no fue como la gala liderada por Vercingétorix. En este caso, Arminio, querusco criado y formado en Roma, miembro de las legiones auxiliares y ciudadano romano, sabía que una insurrección abierta no podía triunfar. Conocía las tácticas legionarias, su disciplina, sus virtudes y sus defectos. Y decidió explotarlas.

Mediante engaños llevó a las tropas de Varo hacia el bosque de Teutoburgo, en las proximidades de la actual Bielefeld. A medida que las legiones de Varo iban avanzando, Arminio fue informando de pequeñas revueltas en aldeas próximas. El comandante romano permitió que algunas unidades se separasen del ejército para acabar con dichas sublevaciones. Esas insurrecciones no existían y las unidades separadas eran aniquiladas en constantes emboscadas.

La vanguardia germana (que hacía las veces de exploradora), al mando de Arminio, dejó el ejército romano. Los hombres de Varo avanzaban lentamente a través del bosque y los pantanos. Ya en el bosque, donde el terreno impedía un orden de marcha que permitiese la defensa en caso de ataque, comenzó a llover. Fue el momento en el que se desató la ofensiva germana. La sorpresa de la emboscada, sumada al poco espacio para maniobrar y a las dificultades añadidas por la lluvia, desordenaron las legiones. En estas circunstancias, una infantería pesada como la romana poco tenía que hacer contra las acometidas de la infantería ligera al mando de Arminio. Sin embargo, los legionarios lograron reagruparse, resistir y salir a un espacio abierto, donde eran prácticamente invencibles.

Finalmente, las legiones de Varo volvieron a internarse en los bosques y de nuevo volvieron a encontrarse con el mismo escenario: una infantería ligera conocedora del terreno que masacraba una y otra vez a la infantería pesada. La caballería romana trató de huir, pero fue aniquilada antes de llegar al Rin. Varo y su estado mayor, a sabiendas de lo que sucedería si eran capturados con vida, optaron por el suicidio.

La batalla del bosque de Teutoburgo, también conocida como el Desastre de Varo, se saldó con la pérdida de tres legiones más sus tropas auxiliares. Entre el 8 y el 11 de septiembre del 9 d.C., unos 15 000 romanos murieron en los bosques germanos a causa de la mala gestión civil y militar de Publio Quintilio Varo.

Reacciones a la derrota

Busto de Augusto
Busto de Augusto

Las noticias del desastre llegaron a Roma casi al mismo tiempo que la cabeza cercernada de Varo. Al recibirla, el siempre flemático Augusto quedó completamente consternado. Tanto que, según recoge Suetonio, a menudo se golpeaba la cabeza contra una puerta y gritaba: «Quintili Vare, legiones redde!» (¡Varo, devuélveme mis legiones!).

Roma reaccionó enviando a Julio César Germánico al mando de ocho legiones. Germánico logró derrotar a la coalición liderada por Arminio, recuperar las águilas de Varo (objetos casi sagrados para los romanos) y encontrar el lugar del desastre, donde rindió honores a los caídos.

Tácito describe lo que vieron:

En el campo, los huesos de los soldados yacían esparcidos por el suelo, cada uno en el lugar donde había caído defendiendo su posición o huyendo. Había restos de armas y también los huesos de los caballos, mientras que había cabezas humanas clavadas en los troncos de los árboles de alrededor. En estas arboledas se encontraban los altares bárbaros donde habían sido sacrificados los tribunos y los centuriones.

Tácito.

Consecuencias de la batalla de Teutoburgo

Las consecuencias de la batalla del bosque de Teutoburgo fueron catastróficas para Roma. No sólo por la perdida de las legiones XVII, XVIII y XIX (cuyos números nunca volvieron a recuperarse). La derrota en Teutoburgo supuso que el limes se estableciese definitivamente en el Rin y se frenase la expansión romana en Europa. Lejos de suponer prosperidad, esta paz fue un golpe muy duro para la economía romana, basada en la conquista y explotación de los recursos naturales de las regiones ocupadas.

A largo plazo (incluso tratándose del ámbito histórico), la derrota de Varo en Teutoburgo significó que Arminio, el guerrero querusco, pasase a convertirse en símbolo de la resistencia alemana a mediados del siglo XIX. La figura del héroe germano se esgrimió como modelo durante la Guerra Franco-prusiana de 1870 (que, junto con la Guerra Autro-prusiana de 1871, acabaría significando la unificación de los estados germánicos y la creación de Alemania). Durante la II Guerra Mundial, también fue recuperado por el partido nazi.

También puedes leer este texto en gallego: A batalla da fraga de Teutoburgo.

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