No me hagas pensar me hizo pensar

Leyendo el libro «No me hagas pensar», de Steve Krug, me di cuenta de varias cosas:

• Todo lo relacionado con la usabilidad web son verdades de perogrullo. Pero no por ello resultan obvias en todos los casos ni son aplicables en cada página. Es bueno tener una lista de tareas para comprobar que se está cumpliendo con lo óptimo en la medida de lo posible.
• No hay ni una triste mención a una posible relación con el SEO. Sé que son cosas diferentes y que no tienen que estar necesariamente de unidas. Sin embargo, cuando se habla, por ejemplo, de la jerarquía visual de la página, creo que no estaría de más apuntar alguna idea sobre cómo esa jerarquía puede facilitar el posicionamiento web.
• Las pruebas de usuarios son como la pescadilla que se muerde la cola. Por más pruebas que se hagan, por más errores que se soluciones, por más tiempos y recursos que se empleen en ellos, siempre habrá un momento en el que decir «basta» y sacar la web con lo que se tenga.
• Cualquier persona con un conocimiento medio-alto de internet puede ser un gurú de la usabilidad. Siempre y cuando pueda hacer pruebas de usuarios y sepa sacarles jugo, claro.
• Cualquiera puede organizar, gestionar y dirigir una prueba de usabilidad. No es difícil. Sólo hay que tener paciencia, tacto y ser muy receptivo con las críticas.
• El libro necesita una actualización (es de 2005) y una reedición en la que se cuide más la traducción, la edición y la maquetación. Pese a tener cinco años, la inmensa mayoría de las cuestiones que se tratan (en torno al 98%, diría yo) siguen teniendo validez, tienen un cierto tufillo a rancio. De los aspectos editoriales, mejor no hablar.

Como conclusión tengo que decir que es una obra fundamental para todos aquellos que trabajamos en internet como diseñadores, desarrolladores, gestores e incluso redactores (si supiesen algo de usabilidad, pedirían las cosas mejor). Si todos supiésemos algo sobre usabilidad, nuestro trabajo sería mucho más sencillo