Para aquellos que no lo sepan, he de decirles que Pinterest es la red social de moda. La verdad es que me daba pereza probarla, pero, ante la insistencia de Ada Blanes (que, sinceramente, tampoco fue mucha), acabé creando una cuenta para probarla.

Pinterest

Como red social, tiene menos que ver con Facebook o Twitter que con Tumblr, ya que está orientada al intercambio y la compartición de imágenes. Dicho de otra forma: no encontrarás demasiadas vivencias personales, si no más bien, una muestra de los gustos de la gente a la que sigas.

La primera impresión fue la de no saber ni dónde estaba ni qué hacer. La verdad es que de entrada me resultó bastante frustrante. De repente, estaba perdido. La sensación fue breve, pero fue lo suficientemente intensa como para dejarme un poso desagradable.

Una vez pasado el primer susto (y después de «importar» a mis amigos de Facebook), me encontré con que la página en la que se ven todas las publicaciones resulta bastante caótica. Está organizada en filas y columnas, de forma que lo más actual (o las últimas acciones de tus contactos en tus publicaciones), queda arriba a la izquierda y lo más antiguo abajo a la derecha. Algo bastante lógico, pero la racionalidad de la cuadrícula desaparece cuando te encuentras con publicaciones verticales, que hace que se pierda esa referencia temporal:

Publicaciones en Pinterest. Cuadrícula descuadrada

Lo bueno es que, desde esta página se pueden comentar, «repinear» o marcar como «me gusta» cada una de las publicaciones sin necesidad de ir a la página de cada una de ellas. También está bien que no haya una paginación de los contenidos y que, a medida que vayas bajando en la página, se van cargando las publicaciones anteriores.

Desde esta página se puede acceder a una vista ampliada de las publicaciones en modo lightbox con múltiples opciones (bien), pero no permite navegar entre ellas desde esta vista (mal).

Otra buena cosa es que te permite crear álbumes (boards) para agrupar los contenidos. La contrapartida es que los contenidos sólo se pueden añadir a un álbum cada vez, de modo que si algo encaja en dos álbumes (carteles y tipografías, por ejemplo —supongo que no os sorprenderá que tenga estos dos, ¿no?—) tienes que publicarlo dos veces.

También permite vincular la cuenta con las de Facebook y Twitter, por lo que se puede publicar en tres sitios a la vez, con el consiguiente eco digital para los seguidores/amigos en las otras redes. Tal es el furor que está causando Pinterest, que ya salió un mash-up con Instagram: Pingram. Dos redes sociales de moda en el mismo paquete. Ahora sólo falta que Instagram permita publicar directamente en Pinterest.

Si no fuese por la calidad de los contenidos (entre la gente a la que sigo, casi todos relacionados con el diseño) y dado que, para mí, tiene más contras que pros (especialmente en usabilidad), borraría mi cuenta sin dudarlo.

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