Vaya por adelantado: Esto NO es una crónica. Ni pretende serlo. Sólo es un comentario personal.
El concierto de Madrid (en la sala Joy Eslava) de la gira Country & Western de Siniestro Total del pasado sábado estuvo dividido en dos partes: en la primera Siniestro Total tocó todos los temas del último disco, Country & Western; en la segunda, «la viejuna artillería pesada de toda la vida», como dijo Julián Hernández en su primer monólogo.
La primera sorpresa que nos llevamos los seguidores de Siniesto esa noche fue que el concierto no empezó como siempre. Me explico para los no asiduos. Lo primero que sonó en los altavoces de la Joy fue La balada del látigo, último corte del último disco, y no la canción de Corrupción en Miami que abrió durante años los recitales de Siniestro. Fue un poco palo, las cosas como son, pero dada la estructura del concierto era lo lógico. Como suele ser habitual, las versiones del directo fueron mucho más eléctricas que las originales.
Con el final de la primera parte del concierto, esperaba que el segundo bloque sí empezase con Corrupción en Miami. Pero no. Ahí sonó The wrong frequency. También algo lógico. Fue la única «canción» del Country & Western que no fue interpretada en la primera parte (aunque todavía no me explico cómo podrían haberlo hecho) y es el corte que más se desmarca de la línea general del disco.
En el segundo acto, sonaron canciones míticas del grupo (Miña terra galega -que no falte- y Ayatollah, por ejemplo) y otras menos habituales (Corta o pelo, Landrú o Yo quiero ser Emilio Cao). Por cierto, magnífica la versión de Matar jipis en las Cíes, rotunda, ruidosa y distorsionada, como tiene que ser.
El final fue, por supuesto (aunque a esas alturas ya me temía yo que no), el himno de la URSS.
El concierto estuvo genial. Como me vuelva a caer uno a mano, vuelvo. Las notas negativas fueron: No sonó Corrupción en Miami (¿creíais que no lo iba a poner?) y que mi compañero de concierto tenía dos dedos del pie rotos. Y que no sonó Chusma, claro, pero seguro que cualquiera pondría algún otro título.
AÑADIDO: Por cierto, si alguien duda, hay que comparse el vinilo del disco. Una joyita, oiga. Y, no, no me llevo comisión.
Tu compañero de concierto es una nenaza. Mira que ir a un concierto con dos dedos rotos… ¿Qué será lo siguiente, ir con las piernas partidas? ¿Qué tendrán estos Siniestro que hacen que la gente vaya cojos y todo?
Mi compañero de concierto es un crack, que fue hasta con los dedos rotos. Y si hubiese tenido las piernas rotas, fijo que también iba. La pregunta es ¿cómo habríamos subido las escaleras?
Y eso, ¿Qué tendrán estos Siniestro que hacen que la gente vaya coja y todo?