Ayer, el Gobierno sacó adelante el decreto antidéficit por un voto, al abstenerse CiU, CC y UPN (169 votos a favor y 168 en contra). Una votación ajustada, sin duda. Pero más allá del alcance de las medidas aprobadas, que es mucho, el protagonista del día fue Josep Antoni Durán i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, que justificó su abstención por «responsabilidad».
No deja de resultar llamativo que el único político de miras amplias que tenemos en el Congreso sea un nacionalista. No deja de ser curioso que muchos diputados del PP hayan votado en contra del decreto y de sus convicciones por no romper la disciplina de partido (supongo que lo mismo habrá pasado, a la inversa, en las filas del PSOE).
Mi reflexión, breve, por supuesto, es la siguiente: ¿no es triste que lo que debería ser normal en política sea noticia?
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