En castellano se llama et, en inglés se llama ampersand, pero casi todo el mundo lo conoce como «el simbolillo ese que significa y en inglés». Hablamos, cómo no, de &.
El origen parece estar en el año 63 antes de Cristo, cuando Marco Tulio Tirón, esclavo y secretario de Marco Tulio Cicerón, creó un símbolo para sustituir al et (y) latino. Desde ese símbolo original, que partía de la ligazón de dos letras, fue evolucionando a lo largo del tiempo hasta el símbolo que todos conocemos pero que pocos saben cómo se llama.
Aquí podemos ver una simplificación de la evolución del ampersand:
El et fue extendiéndose a lo largo del Imperio Romano y sobrevivió a la Edad Media gracias a los copistas de los monasterios. La primera vez que se incluye en un juego de letras fue en 1011, cuando el monje anglosajón Byrhtferð lo incluye en uno creado para el inglés basado en el latino.
Con la llegada de la imprenta, el uso del et ganó un impulso definitivo, ya que, con vistas a ahorrar espacio y por lo tanto papel, se utilizaban las ligaduras entre caracteres. El ampersand hizo fortuna entre los impresores y los tipógrafos, por lo que fue ganando terreno hasta convertirse en un símbolo universalmente conocido.
El origen del término ampersand (el de et resulta evidente), según la Wikipedia viene de la construcción «and per se and, es decir «y por sí mismo, y», usada como parte de la retahíla para la memorización del alfabeto».
Más de dos milenios después de ser ideada por Tirón, el aspecto del et se ha estilizado de tal forma que sus raíces son completamente irreconocibles en la mayoría de los juegos de caracteres que utilizamos a diario. Sin embargo, en algunos casos (sobre todo en las fuentes caligráficas, script o handscript) no sólo se percibe el et original, sino que, además, se busca. Aquí os dejo algunos ejemplos obtenidos de A Visual Guide to the Ampersand:
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