Uno de los logros más importantes de Steve Jobs al frente de Apple fue el de crear una fidelidad de los usuarios a la marca semejante a la de una secta. Hay muy pocos usuarios de los productos de Cupertino que se muestren críticos con Apple.
Muchos creían que la devoción y la fe de los fanboys se disiparían con la dimisión de Jobs y que desaparecerían tras la muerte del fundador de Apple. Pero no parece que haya sido así: Los productos siguen vendiéndose como antes (o mejor) y las presentaciones de productos (las famosas keynotes) siguen generando la misma expectación que antes (en noviembre fue el iPhone 4S y a principios de marzo el nuevo iPad).
Los pocos críticos entre los consumidores de Apple y la legión que hay fuera de ellos tienen material más que de sobra para poner verde a la empresa de la manzana. Desde las normas draconianas que tienen que cumplir sus proveedores y los desarrolladores de aplicaciones, hasta el entorno completamente controlado en el que los usuarios apenas pueden hacer nada, tenemos un abanico enorme para escoger el palo con el que darle a los muchachos de Cupertino. Y eso por no hablar de la forma de «meter en vereda» a las discográficas y las editoriales.
Pero, al mismo tiempo, esas críticas suponen también sus fortalezas: un hardware que siempre responde, unas aplicaciones estables, un entorno seguro, una oferta musical y literaria enorme, asequible y sencilla…
Dicho todo lo anterior, es normal que nos encontremos con dos grupos diametralmente opuestos. Pero son los fanboys, los consumidores acríticos de Apple los que más me interesan.
¿En qué consiste la fascinación por Apple?
Apenas sale un producto, los fanboys necesitan tenerlo. Da igual que ya tengan el iPhone 4, tienen que comprar el 4S. ¿Que tienen un iPad 2 y sale el nuevo iPad? Corriendo a la web (y refrescando la página, porque la tienda está cerrada) para reservar el suyo.
Pero la cosa va más allá. Les cuesta hasta deshacerse de las cajas casi tanto como del mismo producto; ponen las pegatinas que vienen en los paquetes en sus motos o coches como un rociero cuelga del retrovisor la imagen de la virgen del Rocío; ejercen de comerciales de la marca entre sus amigos con la pasión de un telepredicador; y generan un interés y una fascinación por Apple entre todos los que les rodean.
Las causas de la fascinación de Apple
Pero, ¿de dónde surge esta fascinación? Hay una teoría técnica (la perfecta integración entre hardware y software), hay otra basada en la usabilidad (es cómodo y sencillo), también hay quien opina que se debe al ecosistema creado en torno al iPhone (aplicaciones + música + libros + revistas + teléfono + …) o incluso a una moda (no puedes ser moderno si no tienes un iPhone/iPad/Mac).
Mi opinión es que hay un poco de todo lo anterior que, combinado, crea algo intangible e imponderable: una experiencia de uso. Si a esto unimos la capacidad de Apple para sorprender constantemente, creo que ya tenemos la razón por la que se está extendiendo la fascinación por Apple.
Además, Apple no vende sus productos como meras manufacturas, sino que las envuelve en un halo que hace que superen sus bondades/maldades como hardware y software para convertirlas en un icono. De este modo se convierten meros aparatos e símbolos de una forma de vida. Como ejemplos, se pueden citar el anuncio del Macintosh o los anuncios del iPod.
De lo anterior se explica que todo (o casi todo) lo que sale de Cupertino se alza instantáneamente al nivel de arte aplicada al consumo, como las sillas de la Bauhaus o el exprimidor de Philippe Starck, o como símbolo de un renacido pop art, como si Steve Jobs (y sus herederos) fuesen los nuevos Roy Liechtenstein o Andy Warhol.
Creo que a veces se confunde la realidad, con la diminuta (porcentualmente hablando) realidad de los foros de internet. El exito de Apple es precisamente venderle un ipod a gente como mi madre, no a mi, a gente que ni le gusta ni es aficionada a la tecnología. Gente precisamente, que no va a hacer colas por comprar el ultimo modelo de ipad, ni va a cambiar de ipod cada año.
Me gustaria saber, de entre las decenas de millones de iphones vendidos, que porcentaje es el que hay de esos «fanboys» que mencionas que «necesitan» tener cada año el nuevo aparato, porque unos cuantos miles, en un total de decenas de millones, constituyen un porcentaje diminuto.