Los cuatro jinetes del Apocalipsis es una novela de Vicente Blasco Ibáñez escrita en 1916. Pese a estar ambientada en Francia en 1914, muchos de los fragmentos podrían trasladarse a cualquier otra época o lugar, como esta frase (perfectamente aplicable a la actualidad) o la mayoría de las referencias a los alemanes (muchas de ellas, como las relativas a la Kultur, podrían ser transplantarse a la década de 1930 y a la II Guerra Mundial).
La narración gira en torno a los descendientes de Julio Madariaga, un terrateniente español afincado en Argentina. Las dos hijas del viejo Madariaga se casan con un francés y un alemán y, tras la muerte del patriarca, regresan a Europa con sus familias. Una vez en el Viejo Continente, y con cada rama en sus países de origen, estalla la I Guerra Mundial. Los Desnoyers, instalados en París, acabarán por enfrentarse a los von Hartrott, afincados en Berlín, durante el transcurso de la Gran Guerra.
La narración es ágil y emotiva y se centra en un punto de vista francés y antibelicista, en el que las consecuencias de una guerra (aún de una recién comenzada) llevan al autor a optar por un vitalismo desengañado: los hombres, todos iguales entre sí viven para exterminarse y «ocupar la mayor superficie á la luz del sol». Sin embargo, una y otra vez se repite la frase «¡Hay que vivir!»*, como si se tratase de un mantra salvador.
A lo largo de Los cuatro jinetes del Apocalpsis, nos encontramos con pequeñas perlas de sabiduría sobre la naturaleza del hombre. Sólo os pongo dos ejemplos, además del enlazado más arriba:
La humanidad se acostumbra fácilmente á la desgracia —decía Argensola—, siempre que la desgracia sea larga… Esa es nuestra fuerza; por eso vivimos.
Argensola, amigo de Julio Desnoyers
La civilización es el afinamiento del espíritu, el respeto al semejante, la tolerancia de la opinión ajena, la suavidad de las costumbres.
Tchernoff, amigo de Argensola
Los cuatro jinetes del Apocalipsis gozó de gran éxito (aunque ahora parezca olvidado) y fue motivo de dos adaptaciones cinemátográficas una en 1921 (protagonizada por Rodolfo Valentino) y otra en 1962 (con Glenn Ford como cabeza de cartel), aunque esta última trasladó la acción a los años 30 y modificó sustancialmente el argumento de la obra.
Puedes descargar Los cuatro jinetes del Apocalipsis en el Proyecto Gutenberg.
Si tuviese que definir esta novela en pocas palabras, la describiría como vitalista, antibelicista y, en algunos momentos, algo sensiblera.
(*) En 1931 Miguel de Unamuno también utilizó la misma frase como mantra de don Manuel en San Manuel Bueno, mártir.
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