Y voy con mi mujer y mi hijo. Y con algunos amigos. Y con muchos desconocidos. Mi cita es en la plaza de Cibeles a las 18:00, pero hay casi mil citas en más de 80 países [Mapa de movilizaciones para el 150].
Voy porque nos sobran las razones. Hay muchas y cada uno tendrá las suyas, pero estas son las mías:
- Estamos pagando una crisis que no provocamos. Es una crisis financiera, fruto de la especulación, la codicia y la falta de principios de los mercados. Los bancos invirtieron los rescates en primas y repartos de dividendos, no en los créditos para los que estaban destinados.
- No me siento representado por los políticos. Más bien todo lo contrario. Me siento ninguneado, insultado y estafado por ellos, por sus decisiones que tienen más en cuenta a la banca y las grandes empresas que a los ciudadanos que prometieron representar. Los políticos representan a sus partidos y no a los ciudadanos por los que fueron elegidos. Y sí, yo fui cómplice de esto por omisión.
- Las reformas se orientaron a satisfacer a los mercados, no a acabar con la crisis. La reforma exprés de la antaño intocable Constitución para introducir el techo de déficit, la reforma de la ley electoral o la reforma de la ley laboral son los tres ejemplos más recientes y sangrantes. No sólo no se hicieron para los ciudadanos, si no que se elaboraron contra los ciudadanos.
- La degradación de lo público en beneficio de lo privado. La estamos viviendo en Galicia, Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha, por ejemplo, donde la sanidad y la educación públicas se están viendo perjudicadas intencionadamente por las políticas emprendidas por los diferentes gobiernos regionales.
- Soy del 99% y no quiero ser del 53%. No somos la base de la sociedad, somos la sociedad y, como tal, entiendo que debemos ser partir de los principios revolucionarios franceses de 1798 (libertad, igualdad y fraternidad) evitando los individualistas impuestos por el neoliberalismo económico. Aquí hay una explicación más detallada (la traducción está en los comentarios 1 y 2).
Aunque sé que después del 15O los mercados seguirán haciendo lo que quieran con el beneplácito de los gobiernos, aunque se sucederán los gestos vacíos de los políticos durante la campaña electoral mientras siguen haciendo oídos sordos a nuestras reclamaciones, aunque determinados medios nos demonicen… aunque sé que a partir del 16O poco o nada va a cambiar, yo voy al 15O. No me perdonaría el no hacerlo.
Yo te he visto. Yo soy 15M y me alegra encontrar gente como vosotros, porque os necesitamos y lo sabéis. Existen muchos ciudadanos que necesitan ver que gente como tú sale a la calle, para hacerlo ellos también. Tenemos que conseguir que esos ciudadanos dejen de pensar que no se puede hacer nada y que todo va a seguir igual hagamos lo que hagamos.
Un saludo,
Carmen
Yo NO soy 15O, y sí, fuí 15M.
La ilusión, la esperanza de los primeros movimientos se fue. No creo y no apoyo a colectivos que están organizados mediante asambleas (el mejor método de nunca llegar a nada). No creo en estructuras piramidales de poder. No creo en líderes. No creo en movimientos de masa.
Creo en el cambio, pero no creo en la forma en que se pretende gestionar el cambio. No tolero la violencia, pero tampoco el dejarse hacer.
Nunca pense en el individualismo como forma de vivir en una sociedad, pero creo que empiezo a creer en ello.
Hola, Aina
La ilusión de los primeros momentos se perdió, es cierto, pero acabó convirtiéndose en rabia.
A mí tampoco me gusta el sistema asambleario. Te eternizas en debates estériles para tomar decisiones intrascendentes y nunca se llega a acuerdos reales sobre lo importante. Me parece que en el principio del movimiento, cuando todavía no se conocía la gente, tenía sentido, pero que ya no es así. No digo que haya que crear una estructura al estilo de los partidos políticos o las empresas, pero sí que creo necesario que haya portavoces que sirvan para canalizar las ideas y las propuestas del 15M.
En el 15O, además de 15M, hubo mucha gente a la que no verías por Sol antes de verano. El 15O es el 15M y mucho más: ahora también se integran los miembros de la educación y la sanidad públicas.
¿Te me estás volviendo anarquista? 😉
Bon dia Manu 🙂
Por lo que expresas en el comentario, el 15O, 15M da igual, como se queramos llamar al moviento, parace la opción menos mala de todas, y eso es precisamente lo que no me convence.
Anaquista no, pero creo que estos meses he conocido una realidad que no sabía que existia. Problemas que no podía percibir ya que no me afectaban y por suerte o por desgracía están ahí. (tengo pendiente escribir sobre ello).
Grandes temas como la monarquia, los mercados, la política etc,,, dejan de ser grandes temas y la superviviencia empieza a ser tu gran tema y eso no lo cubre ningún movimiento social.
Pues si no te me estás volviendo anarquista, será que te conviertes en neoliberal 😉
En serio. No digo que sea el menos malo. Con todas sus carencias y defectos, el 15M o 15O es una forma magnífica de canalizar las opiniones de la gente que, como yo, no tenemos cabida en los partidos. Para mí es, ahora mismo la única opción posible y, aunque ya no tenga la emoción del principio, creo que es importantísimo seguir apoyando el movimiento.
Ahora bien, el 15M necesita remozarse estructural y organizativamente y, por lo que hablé con más gente implicada que yo, es una opinión bastante extendida. Insisto: no seré yo quien proponga un modelo ni quien abogue porque se convierta en un partido político.
En una cosa te doy la razón: los grandes temas pasan a un segundo plano cuando prima la supervivencia, pero muchas veces esa supervivencia depende de los grandes temas (mercados > gobiernos > recortes > menos ayudas sociales y menos derechos), por eso sigo siendo 15M y 15O y lo que haga falta 🙂
Ahh, auto gestión de pequeñas cominidades, eso si una alternativa xD… y no, no soy hippie :p
No hay que ser hippie para confiar en la autogestión. Las cooperativas agrícolas tienen intereses económicos (tan alejados del hippismo) y son sociedades autogestionadas. Yugoslavia basaba el sistema productivo en la autogestión y, si no hubiese sido por las guerras civiles, habría sido uno de los países más prósperos de Europa.