Es un tema recurrente en las últimas conversaciones del año. A mi alrededor me encuentro con gente que tuvo un hijo o se casó; los hay que cambiaron de trabajo, lo consiguieron o lo perdieron; también, lamentablemente, algunos lo recordarán porque algún familiar falleció o enfermó; incluso hay quien tomó decisiones arriesgadas que es posible que condicionen mucho sus próximos años.
Además de lo personal, en el mundo pasaron mil cosas: todo lo de Haití (terremoto, huracán y cólera), el rescate de los mineros chilenos, las filtraciones de WikiLeaks, el Mundial de fútbol…
Sin embargo, en mi caso, hay poco que recordar. Fue un año más, tanto en lo personal como en lo laboral (en este aspecto tengo que excluir el lanzamiento de la web de El tiempo de RTVE). Tal vez esté mal acostumbrado de años anteriores (en 2008 nació mi hijo y en 2009 cambié de trabajo), pero este año me pareció completamente soso.
Espero con tan pocas ganas las campanadas de este año que comparto plenamente lo que decía José da Cunha en Facebook:
merda p’a 2011. que passe depressa e sem a gente dar conta. venha mas é um 2012 como deve ser!
¿Propósitos para 2011? Ninguno, gracias. Sólo espero los prósitos DE 2011.
ACTUALIZACIÓN: Acabo de ver una actualización del estado de FB de David Bellas que me hace pensar que tal vez (y sólo tal vez) todo lo escrito anteriormente haya sido fruto de un ataque de pesimismo:
Que máis se pode pedir para despedir o ano, estou con Noiña e teño saúde!!!!!! FELIZ ANO A TOD@S!!!!