El que espere, como yo, leer una biografía de Steve Jobs edulcorada y orientada a hacer más grande aún la figura del fundador de Apple, que se quite la idea de la cabeza. En el libro se le presenta como un genio, sin duda, pero también se destacan sus defectos.
Walter Isaacson hace un retrato bastante duro de Jobs. Lo presenta como alguien detallista hasta el extremo, tan sincero que ofendía y, sobre todo, como alguien con una visión binaria del mundo (a sus ojos, o eras un genio o un gilipollas; los productos podían ser perfectos o una mierda) y que llevaba esa visión a sus últimas consecuencias. También lo muestra como un mal padre, un obseso del control y un maniático de la alimentación, pero, sobre todo, como una persona capaz de darle una importancia desmesurada a la intuición frente a la inteligencia.
Salvo para decir que me gustó bastante, no quiero hacer más comentarios, por si alguien está leyéndolo o tiene intención de hacerlo. Disfrútenlo con salud 🙂