La mimosa es una flor pequeña, redonda, suave, amarilla como sólo puede serlo la mimosa. Y efímera. Su olor es intenso como el sabor de una cucharada de miel y, a la vez, delicado como la misma flor. Durante el poco tiempo que florece, el aire se llena con el olor de mi primavera sentimental.
La primavera que comenzaba un día cualquiera, cuando mi padre entraba por la puerta de casa con un ramo de mimosas para mi madre. Ella las ponía en un jarrón con agua, en la entrada, delante del espejo. Durante una semana, toda la casa olía a mimosa, las escaleras olían a mimosa y quiero creer que toda mi calle olía a mimosa, como si el espejo delante del que estaban las flores multiplicase y reflejase su imagen y su aroma.
Hace mucho que no hay mimosas en mi casa, pero cada vez que veo un mimoso en flor, vuelvo a ser un niño y vuelve a ser primavera.
Mimosa mágica,
mimosa especiada,
tu aroma entra rápidamente
en el centro de mi corazón,
turbomimosa anónima
descubierta al comenzar a vivir
desde el color y el olor
que se gestan en el alambique
de mi mimoso turbocorazón
Hola Manu recuerdas el haiku que escribiste. de la mimosa? es precioso!
http://fotosyhaikus.blogspot.com.ar/2008/03/haiku-41.html
Amo las mimosas. Su color embriaga mis neuronas.