Quiero comenzar esta entrada recordando una frase digna de ser recordada:
¡La calle es mía!
Manuel Fraga Iribarne
El hijo predilecto de la muy noble villa de Vilalba, Lugo, dijo tal cosa el 3 de marzo de 1976, cuando ostentaba el cargo de ministro de Gobernación del gobierno de Carlos Arias Navarro. Este puesto equivaldría al de ministro de Interior. Fraga soltó este «¡la calle es mía!» en plena transición haciendo referencia a su control de las fuerzas policiales, los famosos «grises». Él, padre conscripto y padre de la Constitución (sí, esa misma que recoge el derecho de reunión en su artículo 21), se apropió de la calle en nombre del Estado dejando fuera de ella a los ciudadanos.
Hoy, 35 años más tarde, los ciudadanos recuperamos la calle y tenemos como centro la Puerta del Sol, frente a la Casa de Correos donde (¡oh, ironía!) tenía su sede el citado ministerio de Gobernación. Hoy, nos dice la Junta Electoral, no podemos estar en Sol por ser jornada de reflexión.
Independientemente de lo que pase a lo largo del día, no está de más recuperar esta frase, aunque cambiándole el sentido: la calle es mía porque soy un miembro de la sociedad. Así que también es tuya, de tu vecino, de los acampados en Sol y, por supuesto, de Manuel Fraga.
Hoy es la jornada de reflexión. Reflexionemos.
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