Esta entrada no pasa de ser una reflexión personal, escueta y en voz alta. Nadie tiene que estar de acuerdo con ninguno de los puntos enumerados más abajo. No es un manual. Es una opinión.
Para ser un buen periodista hace falta reunir los siguientes requisitos:
- Inteligencia. Implica, entre otras cosas, tener una visión completa de la noticia y, en muchos casos, de la actualidad.
- Cultura. El conocimiento de todo tipo de materias, ajenas y relacionadas con lo que estemos haciendo. Nos ayudará a la hora de completar el enfoque de la noticia.
- Tiempo. Para elaborar los temas hace falta tiempo: hay que investigar, hablar con fuentes, redactar, revisar, revisar y volver a revisar lo escrito antes de publicar nada. Copiar y pegar teletipos no es periodismo; editarlos, tampoco.
- Tener claras las prioridades. Y no sólo de los contenidos a la hora de componer una portada o de estructurar un informativo. Hay que saber diferenciar entre qué es lo que exige urgencia y qué es lo que exige cierta reflexión o, por lo menos, elaboración. Si conseguimos acostumbrar a los consumidores de nuestro medio a que esperen cinco minutos más para darles una información de calidad, estarán dispuestos a esperar diez. Y saldremos todos ganando. Priorizar la velocidad de publicación sistemáticamente es, a mi modo de ver, un error.
- Especialización. Cada vez está más en riesgo de desaparición la figura del periodista experto. Se tiende a buscar profesionales que sepan un poco de todo y que puedan servir indistintamente para cubrir informaciones económicas o políticas. Al final, esto redunda en la pobreza de la información y, por consiguiente, en un desencanto por parte del consumidor de esa información.
- Conocimiento del medio. Hay que conocer el medio en el que se trabaja. Y no sólo qué hace o deja de hacer la competencia. También hay que saber cómo lo hace. En periodismo, como en otros tantos ámbitos, son tan importantes las herramientas que se emplean como los productos que se elaboran.
- Pasión. Sí, pasión. Sin pasión no puede haber periodismo. Si no te gusta el tema que estás haciendo, no lo podrás hacer bien NUNCA. Es la implicación de tener una vocación y lo que marca la diferencia entre un trabajo y una profesión. Seguir leyendo «Por qué nunca seré un buen periodista»